¿Quién controla el mal?

Versión en video: https://youtu.be/X5wXx_Qycx4

¿Sucede una calamidad en la ciudad sin que el Señor la haya causado? (Amós 3:6, NBLA)

¿Quién es aquel que habla y así sucede, a menos que el Señor lo haya ordenado? ¿No salen de la boca del Altísimo tanto el mal como el bien? (Lamentaciones 3:37-38, NBLA)

A veces nos cuesta comprender por qué existe el mal en el mundo. Dolor, injusticia, guerras y tragedias parecen mostrarse fuera de control, como si fueran fuerzas que se escapan de la mano de Dios. Sin embargo, la Biblia nos muestra algo que desafía nuestra lógica humana, pero que consuela al corazón que confía: nada ocurre fuera de la soberanía de Dios.

El profeta Amós declara que ninguna calamidad llega a una ciudad si el Señor no la ha permitido o causado. Jeremías, en Lamentaciones, reconoce que tanto el bien como el mal provienen de la boca del Altísimo. Esto no significa que Dios sea el autor del pecado o que disfrute del mal, sino que incluso las desgracias que Él permite forman parte de su perfecto plan, que siempre es justo y bueno, aunque nuestra mente finita no alcance a entenderlo.

El Señor Jesús mismo dijo que ni un gorrión cae a tierra sin que el Padre lo permita (Mateo 10:29). Aun cuando el mal parece triunfar, debemos recordar que Dios lo usa, lo limita y finalmente lo vence para su gloria. Nada ni nadie puede actuar al margen de su autoridad suprema.

Confiar en esto no borra el dolor, pero nos da descanso. Saber que el mal no es autónomo ni triunfará eternamente nos permite vivir sin miedo, seguros de que todo está bajo el gobierno de nuestro Señor Jesús. Aun el sufrimiento más inexplicable será usado por Él para cumplir sus propósitos eternos y buenos.