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  • Foto del escritorAlexis Sazo

Las deformaciones satánicas de hoy en día



Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. (1 Corintios 16.13)

Creo que para nadie es un misterio que en el mundo en que vivimos hoy, influencia a los varones para que se feminicen y a las mujeres para que se masculinicen. Es más se busca que esto se haga desde la cuna de los niños.


Si miramos a un pasado no tan lejano, nos podemos dar cuenta que el diablo comenzó hace décadas con eso de que los hombres tenían un lado femenino, luego con que estaba bien explorarlo, después con que era muy deseable que un hombre estuviera en sintonía con sus sentimientos y que los expresara sin vergüenza, etc. Mientras que a las mujeres comenzó diciéndoles que eran iguales a los hombres, que las mujeres podían hacer las mismas cosas que los hombres, que tienen que dejar las emociones de lado, porque las debilita, etc.


La meta del maligno siempre ha sido querer destruir la creación de Dios y corromperla a tal punto que no se pueda reconocer. Busca unir lo que Dios dejó separado y busca separar lo que Dios unió. Un ejemplo de eso es la ropa, hoy estamos plagados de tiendas con ropa unisex, moda unisex, peluquerías unisex, etc. A decir verdad, cada día es más difícil identificar una mujer de un hombre en las calles, por la manera de vestir y ser. Otro ejemplo de lo que está muy de moda es esa aplicación llamada FaceApp con la que cualquiera puede cambiar el sexo de una foto suya y que muchos "por curiosidad" han usado; siguiendo así la corriente del mundo.


Mis hermanos, hombres y mujeres, no somos iguales, somos distintos porque Dios nos hizo diferentes. Nuestras diferencias van desde lo genético hasta la manera de ser y no tenemos porque buscar ser iguales; si Dios nos creó diferentes, debemos tener la certeza de que todo lo que él hizo es bueno:


Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. (Génesis 1.31)

Sin embargo, el diablo busca implantar en la mente del ser humano que ser diferentes está mal, que hombres y mujeres deben ser iguales en todo, incluida la apariencia física y la manera de ser. Por esta razón, hoy más que nunca, debemos seguir lo que le dijo Pablo a los corintios: Velad, estad firmes en la fe. Como creyentes debemos estar atentos y no dejarnos engañar en estos tiempos cercanos al fin. Pues bien nos dijo el Señor:


Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe. (Marcos 13.5)

Estemos atentos y no nos dejemos engañar por las mentiras del maligno, sino que creámosle siempre a Dios, sin importar lo que diga el mundo, porque bien dice su Palabra:


Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2.17)

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