… dicen: He aquí un hombre… amigo de publicanos y de pecadores. (Mateo 11:19)
En 1996, cuando Steve Jones ganó el U.S. Open Golf Championship (Torneo abierto de golf de los Estados Unidos), tomó el trofeo y dijo a la multitud: «Quiero dar gracias al Señor Jesucristo… Aun con Dios de mi parte, estaba bastante nervioso». En un artículo escrito en una revista deportiva, John Garrity hizo el siguiente comentario acerca de las palabras de Jones: «Sus palabras produjeron vítores en el… público. Pero en los seminarios y templos de todo el país la respuesta probablemente fue más reservada. Después de todo, el Jesús de la Biblia pasaba la mayor parte del tiempo ministrando a los pecadores. El mesías se mantenía notoriamente ausente de los palcos lujosos y de los círculos para vencedores de la Roma imperial».
Estoy seguro de que Steve Jones sabe que Dios no está de parte de los ganadores solamente, sino de cada persona que ha creído en su Hijo como su salvador personal; porque nuestro Dios no hace acepción de personas (Deuteronomio 10:17). Y Steve Jones solo estaba aprovechando la ocasión para testificar de su Salvador (algo de lo que a veces nos olvidamos de hacer).
Pero con respecto a la acepción de personas, nuestro Señor Jesús nos habló con su ejemplo, ya que se juntaba con toda clase de personas, independientemente de cuál fuese su situación de vida. Es más, se nos dice que era «amigo de publicanos y pecadores» (Mateo 11:19). Y al pensar en toda la gente común a quien el Señor Jesús ministró, nosotros no podemos hacer algo diferente, es decir, no podemos olvidar a la gente común y corriente. Ganadores, perdedores, ricos y pobres: Cristo murió por todos.
Ahora, el mundo está lleno de figuras ilustres que consiguieron grandes logros, muchos de ellos fueron considerados ganadores, sin embargo, en el reino de Dios, los que escogen confiar en Él y le reconocen como su único Señor, son los verdaderos ganadores.
¿Es usted un verdadero ganador?