Guardados y presentados sin caída
- 10 dic 2024
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Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 24–25)
El breve, pero profundo libro de Judas, en sus dos últimos versículos, nos lleva a meditar en la majestuosa obra de nuestro Dios, quien no solo nos salvó por medio de Cristo, sino que también es poderoso para mantenernos firmes en el camino de la fe. Esto es algo que muchas veces olvidamos o ignoramos o jamás ponemos en práctica. Pensamos que estamos, irremediablemente, condenados a seguir pecando, sin embargo, su promesa es clara: «Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída».
Además, este pasaje nos recuerda que nuestra seguridad no depende de nuestra capacidad para perseverar, sino de su capacidad para guardarnos. ¡Qué consuelo saber que no estamos solos en esta jornada! Y más aún, ¡que es el Señor el que nos puede mantener sin «sin mancha delante de su gloria»!
Para nadie es un secreto que en el mundo enfrentamos tentaciones, pruebas y desafíos que podrían hacer que tropecemos. No obstante, Judas nos asegura que Dios nos sostiene con su mano poderosa. Él no solo nos guarda, sino que también nos purifica, para presentarnos un día ante Su presencia «sin mancha» completamente redimidos, santos y llenos de alegría. Esa es una seguridad maravillosa que nos lleva a vivir tranquilos, disfrutando de la paz que el Señor nos dejó (Juan 14:27).
Este pasaje es un recordatorio del carácter de nuestro Salvador: sabio, poderoso, y digno de toda gloria. Su obra en nosotros es perfecta y continua. Aunque hoy enfrentemos debilidades o luchas, Él promete completar su buena obra (Filipenses 1:6).
Así que, hermanos, ¿cómo podemos descansar más en el poder de Dios para guardar nuestras vidas? ¿Qué áreas necesitamos entregar hoy a su cuidado para estar sin mancha delante de Él?
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