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24 horas perdidas




Tú eres el Dios que hace maravillas; hiciste notorio en los pueblos tu poder. (Salmos 77:14)


Cuando los científicos de la NASA preparaban sus cálculos para el viaje a la Luna, pusieron a trabajar sus computadoras haciendo cálculos sobre el movimiento de los astros; pero de pronto, una máquina arrojó un error mostrando en pantalla que faltaba un día entero. Luego de comprobar que no existía error en el cálculo o un mal funcionamiento de la máquina, estos hombres llenos de conocimiento y sabiduría humana se tomaron la cabeza a dos manos buscando por qué faltaba un día entero. ¿Sabe dónde se hallaba la respuesta de las 24 horas «perdidas»? Pues en la Palabra de Dios. Ahí hay dos relatos que nos dan la respuesta. El primero de ellos está en segunda de Reyes. Acá leemos que el rey Ezequías había enfermado de muerte. Dios mandó al profeta Isaías a anunciarle que moriría, pero el rey lloró a Dios implorando por su vida y él le concedió 15 años más de vida.  


Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? Respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto que ha dicho: ¿avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? Y Ezequías respondió: fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás (2 Reyes 20:8–11).


La segunda respuesta se halla en el libro de Josué. Cuando el pueblo de Israel estaba siendo atacado por los reyes de los amorreos, nos dice su palabra: 


Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. (Josué 10:12–13)


En la suma de estos dos pasajes se encuentran las 24 horas «perdidas» de los cálculos de los científicos. Resulta que este hallazgo demostró, una vez más, la veracidad de la Palabra de Dios, ya que entre los científicos había un creyente quien les dio la respuesta del tiempo «perdido» cuando les mostró estos pasajes de las Escrituras. ¿Acaso no es grande, Todopoderoso nuestro Dios y digno de nuestra adoración?

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