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Ser un extranjero en este mundo

Actualizado: hace 6 días



Cuando una persona es extranjera en otro país tienes dos opciones, la primera es adaptarse completamente e imitar las costumbres y maneras de las personas de ese país; mientras que la segunda es continuar viviendo como si aún se estuviera en su país de origen.


Con respecto a esto, hablando espiritualmente, el apóstol Pedro nos dice lo siguiente en 1 Pedro 2:11-12:

Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

Todo aquel que ha nacido de nuevo en Cristo ha perdido su ciudadanía en la tierra, ya que ha ganado una en los cielos (Filipenses 3.20). Por lo tanto, el apóstol Pedro nos llama a vivir como extranjeros en el mundo, esto implica negándonos al pecado que mora en nosotros y evitando el imitar las costumbres del mundo, pues ya no somos del mundo (Juan 17:14-17). Es más, en su Palabra Dios dice:


¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. (Santiago 4.4)

Entonces, hermanos, que nuestro caminar en este mundo sea como si ya estuviésemos morando en el cielo con Dios, dejando todo lo terrenal atrás y viviendo conforme a los designios que Dios nos dejó en su palabra.


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