top of page
  • Foto del escritorAlexis Sazo

¿Somos cristianos bañados en plata?



Fuente: La Buena Semilla


He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo. (Salmo 51:6)

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. (Salmo 51:10)

Antiguamente, cuando las monedas estaban hechas realmente de plata, había un método muy sencillo para verificar que no fuesen falsas. Bastaba con dejarlas caer y escuchar el ruido que hacían al tocar el suelo. Si se trataba de una falsificación hecha solo con un baño de plata, se escuchaba un ruido hueco; en cambio, una moneda auténtica sonaba “firme, íntegra”, porque era toda de plata, y no solo su exterior.

¡Cuidado! Podemos ser cristianos «bañados en plata». La superficie de nuestra vida está recubierta por una capa de verdad; nuestras palabras concuerdan con lo que dice la Biblia. Pero, ¿qué sucede con el fondo de nuestro corazón? Nuestro verdadero estado se hace patente al escuchar el ruido que hacemos cuando caemos al piso. ¿Qué sucede cuando estamos abatidos, sumidos en una situación imprevista, en medio de la adversidad, ante la tentación? ¿Cómo reaccionamos cuando no tenemos el tiempo o la fuerza necesaria para componernos una actitud religiosa? ¿Nuestra vida suena íntegra, siempre de la misma manera, sea que estemos en la casa, en el trabajo o solos, donde nadie nos ve ni nos oye? ¿Cuáles son nuestros pensamientos secretos?

A la pregunta: «¿Tú quién eres?», Jesús, nuestro modelo, respondió: «Lo que desde el principio os he dicho» (Juan 8:25).

Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste; he resuelto que mi boca no haga transgresión. (Salmo 17:3)


37 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page