Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmos 23:4)
Dwight. Moody, el gran predicador americano del siglo XXI, escribió una vez: Hace algunos años, yo me sentía muy desalentado, y estaba por colgar mi arpa en el sauce (Sal. 137:2). Hacía varias semanas que me encontraba deprimido. Un lunes vino a verme un amigo que era maestro de una clase bíblica muy numerosa.
Luego de conversar sobre varias cosas, me preguntó si yo había predicado alguna vez sobre Noé. Le dije que no. Cuando mi amigo se fue, abrí mi Biblia y me puse a leer acerca de Noé. Y me di cuenta de que Noé había trabajado ciento veinte años sin tener una sola conversión, y que, sin embargo, no se desanimó. Yo pensé que no tenía ninguna razón para sentirme desanimado. Cerré la Biblia, salí a caminar, y la nube se disipó.
A veces el desánimo nos hace quedarnos estáticos, nos detenemos en medio del camino sin poder seguir avanzando. No obstante, en el salmo 23 se nos da la solución cuando atravesamos el desánimo, ya que dice: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo». Si nos damos cuenta, el verbo «andar» está conjugado en la primera persona del presente subjuntivo, el cual se usa para expresar incertidumbre, probabilidad o sentimientos como alegría, sorpresa o asombro, y puede aludir al presente o al futuro.
Pero ¿cuál es la clave? Ya que parece que solo me di vueltas sin decir nada. La clave está en que «andar» está en presente, es decir, es una acción continua, que no se detiene. Esa es clave para poder atravesar el valle de sombra de muerte, seguir avanzando, porque en la medida que sigamos caminando, Dios estará con nosotros dándonos ánimo. Y es cuando seguimos avanzando —sin importar las circunstancias— que su vara y su cayado nos infundirán aliento.
Noé no dejó de avanzar durante los 120 años que la estuvo construyendo el arca, ¿y qué dice su Palabra de él? Que Dios «guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas» (2 Pedro 2:5). Hermanos, si estamos atravesando el valle de sombra de muerte, sigamos avanzando sin detenernos, porque es allí cuando Dios nos ayudará a salir de este.
Comments