En esta época de alta tecnología, de computadoras portátiles, tabletas, celulares y televisores de alta definición; vivimos en una sociedad que constantemente satura nuestros ojos con imágenes de productos, viajes, nuevas cosas, comerciales de todo tipo, videos, mensajes, etc. Pero ¿Hacemos algún tipo de filtro eligiendo qué ver y qué no? Dice su Palabra:
Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen? (Job 31.1)
Job dice esto porque para poder mantenerse limpio evitaba mirar una mujer virgen con lujuria y así no pecar contra Dios. Vemos que Dios se refería de Job como varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1.8).
Ahora, miremos por un segundo al rey David. Él dijo:
No pondré delante de mis ojos cosa injusta. (Salmos 103.3)
¿Y qué decía Dios de él? A los ojos de Dios David era un varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. (Hechos 13.22)
Miremos un poco más y veamos qué dice la Biblia acerca de los ojos de Dios:
Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio (Habacuc 1.13)
Podemos ver que existe un patrón entre nuestra pureza espiritual y de corazón y lo que ponemos delante de nuestros ojos. Por eso es que el Señor, en Mateo 6.22 y 23 dijo:
La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
Así que hermanos, procuremos guardar nuestros ojos de ver el mal, porque es de suma importancia mantenerlos limpios. Evitemos ver cosas impropias en internet, en nuestros celulares o en la televisión, ya que deberemos dar cuenta de todo lo que hagamos mientras estemos en este cuerpo (Romanos 14:12). Además recordemos lo dicho por el apóstol Pablo a los corintios: todo me es lícito, pero no todo me conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. (1 Corintios 10.23).
Entonces ¿qué pondremos delante de nuestros ojos?
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