Alexis Sazo
¿Qué herencia le dejará a sus hijos?

Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán. (Salmos 102.25–27 RVR60)
«Glaciares que retroceden, una deforestación que va ganando terreno, calentamiento climático, desastres naturales por todas partes… Somos conscientes de la gravedad de la ecología planetaria, pero a menudo parece que es un tema que se nos escapa… Debemos contribuir a un desarrollo que cubra las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas. Esto recibe el nombre de desarrollo sustentable».
Este extracto editorial revela que en todas partes se toma conciencia de que el equilibrio planetario es frágil y es necesario protegerlo. Entonces se aleja el sueño de tantas generaciones: ver a la ciencia traer la felicidad. En lugar de dar seguridad, ¡el aumento de los conocimientos y sus aplicaciones son una amenaza para la vida! Nuestro planeta se desgasta y se contamina. Al igual que el hombre y las civilizaciones, él pasará.
El hombre nacido de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece. (Job 14.1–2 RVR60)
Desde hace mucho tiempo la Biblia declara que la naturaleza es pasajera y que todo es efímero y no existe fundamento duradero, a excepción de Dios, que permanece para siempre y su reino es eterno. Asimismo existen valores espirituales que no pasarán. El mismo Señor Jesús dijo: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mateo 24.35 RVR60). Todo en esta vida (incluido el mundo) es pasajero y tiene un final determinado, por lo tanto, no podemos poner nuestras esperanzas en lo efímero, sino en lo eterno, lo cual únicamente es Dios.
Padres cristianos, si este mundo ha de ser destruido por fuego un día (2 Pedro 3.7 y 10), día que por cierto, se acerca a pasos agigantados, ¿qué le está dejando a sus hijos? ¿En qué le está enseñando a confiar y a esperar? Los padres deben confiarle una herencia espiritual, una que esté cimentada en una inamovible fe en Dios, pues solo Él permanece para siempre y además es el dueño del universo y de nuestras vidas.
Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. (Salmos 20.7 RVR60)