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Prueba tu cansancio

  • 6 mar 2021
  • 2 Min. de lectura


¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. (Isaías 40.28–29 RVR60)


Alguien me confió que se estaba sintiendo culpable. Me dijo: «A pesar de que soy cristiana, ¡me canso mucho!» Revisando las Escrituras me encontré que el pueblo de Dios a veces sufría de fatiga y agotamiento. No obstante, la iglesia de hoy no parece dispuesta a admitir esto. En nombre de una vida cristiana victoriosa, algunos consideran que la fatiga física es resultado de no confiar ni obedecer a Dios.


Sin embargo, según Isaías, nuestro creador espera que sus criaturas finitas se fatiguen. Promete renovar sus fuerzas si esperamos en Él: Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan. (Isaías 40.30–31 RVC)


También entiende que nuestra necesidad de fortaleza, al igual que nuestra necesidad de alimentos, no es algo para lo que debe proveer una sola vez y para siempre.


Nuestra opción no es si vamos a fatigarnos. En mi caso personal padecí agotamiento físico durante un largo período debido a la ansiedad, el temor y la amargura. Gracias al Señor, estos sentimientos negativos ya no me dominan. Pero todavía me canso mucho porque estoy involucrada en muchas causas meritorias y por mi deseo de vivir fielmente como sierva de Cristo.


Hazte una «prueba de fatiga». Si tu fatiga se debe a razones erradas, busca humildemente la amante corrección de Dios. Si tu fatiga se debe a buenas causas, pídele a Dios que renueve tus fuerzas. No tienes que sentirte culpable por tu cansancio.


—JEY

Nuestro Pan Diario

09 de agosto de 1997

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