top of page
  • Foto del escritorAlexis Sazo

Protección divina



Fuente: La Buena Semilla

Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos. (Salmo 57:1)

En una playa del Pacífico, en Nueva Zelanda, unos nadadores veteranos estaban entrenando cuando de repente se vieron rodeados por unos delfines que empezaron a nadar en torno a ellos, obligándolos a agruparse cada vez más. Entonces vieron un tiburón blanco que iba hacia ellos. Durante casi una hora los delfines formaron un cordón de seguridad para impedir que el tiburón se acercase… ¡hasta que todos los deportistas alcanzaron la tierra firme!

Amigos creyentes, ¡este suceso nos hace pensar en la protección que nuestro Dios nos asegura! Desde la entrada del pecado en el mundo (Romanos 5:12), Satanás es un adversario que «anda alrededor buscando a quien devorar» (1 Pedro 5:8). Nuestro enemigo es mucho más fuerte e inteligente que nosotros. ¡Pero el Señor Jesús lo venció en la cruz, y esto debería animarnos a refugiarnos siempre en él! Dios extiende su escudo por encima de los suyos y de todos los que dependen de él (Job 1:9-10). Él pone alrededor de cada uno de sus hijos este círculo de protección que Satanás no puede traspasar. Si vivimos cerca de Jesús no tenemos ninguna razón para temblar ante los ataques del enemigo. Él mismo intercede por aquellos que rescató.

Jesús dijo a uno de sus discípulos: «Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos» (Lucas 22:31-32).


15 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page