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  • Foto del escritorAlexis Sazo

Problemas vs Pecados




Hoy en día, según la psicología ya no existen los pecados, sino que existen “los problemas”. ¿Por qué dice tal cosa? Porque es mejor tener problemas que pecados, ya que cuando se tiene un problema se puede recibir compasión y comprensión de los demás, además de recibir ayuda de un profesional, dice el mundo.


Por ejemplo, las llamadas “necesidades biológicas”, cuando se justifica el mirar pornografía, masturbarse y tener relaciones fuera del matrimonio. Pero para Dios es adulterio y fornicación, pecados que condena (1 Co 6.9-10).


Hermanos, esas mentiras de Satanás son para el mundo, para que no se sientan culpables de su maldad; porque bien dice la palabra de Dios:


Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. (2 Corintios 4.3-4 RVR60)


Esta “existencia” de únicamente problemas y no pecados, lleva a que los pecados se normalicen y así, se vaya deformando (por parte de los seres humanos) la creación de Dios. Por ejemplo, lo “unisex”; tal cosa no existe delante de Dios, porque Él creó dos sexos:


Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1.27 RVR60)


Y precisamente cambiar la palabra sexo, por la de “género”, ha abierto un sin fin de puertas para que los seres humanos de hoy, especialmente los más jóvenes, sean engañados y veamos cosas tales como los transexuales, los pansexuales, los asexuales, etc.


Hermanos, estemos atentos escudriñando las escrituras, con los ojos puestos en Cristo e imitando a nuestro Salvador, no al mundo. Porque bien nos dice su Palabra:


Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. (Romanos 12.1–2 NTV)


Digamos las cosas como son, no tratemos de amoldar la verdad para que suene “bonita” o “políticamente correcta”, porque esas son artimañas sutiles del maligno y además, no estamos aquí para agradar al mundo, sino a Dios (1 Tes. 2.4); y recordemos siempre que no debemos amar a este mundo, porque todo en él es pasajero (1 Jn 2.15-17).


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