Porque la paga del pecado es muerte, mas el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6.23)
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte. (Proverbios 14.16 RVR60)
¿Es malo predicar indicándole a la gente que por el camino que va le lleva a la muerte eterna? No, aunque lamentablemente en nuestro días, solo se predica del amor de Dios, dejando de lado la justicia de Él. Por ejemplo, si usted ve a un niño cruzar una calzada sin darse cuenta que se acerca un automóvil, el cual lo puede atropellar, ¿no lo tomaría del brazo y lo sacaría del peligro? Bueno, eso mismo es el evangelio de Dios, advertirle a la gente del peligro que corren sus almas.
Su alma se acerca al sepulcro, y su vida a los que causan la muerte. Si tuviese cerca de él algún elocuente mediador muy escogido, que anuncie al hombre su deber; que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló redención; su carne será más tierna que la del niño, volverá a los días de su juventud. Orará a Dios, y éste le amará, y verá su faz con júbilo; y restaurará al hombre su justicia. (Job 33.22–26 RVR60)
Sacar a las personas del error fatal de la religión o del «yo vivo a mi manera», es un evangelio puro. Decirle a una persona que va a la condenación debida a sus pecados, no es falta de amor, ni es algo malo, todo lo contrario, es algo bueno, ya que ¿cómo acudirá a un médico aquel que no sabe que está enfermo? Si una persona no conoce que su alma corre peligro ¿cómo podría decirle que hay un Salvador que le espera con los brazos abiertos y dispuesto a perdonar todo su mal?
Tristemente, hoy en día, las iglesias están llenas de oyentes y muy pocos creyentes; porque se les está presentando otro evangelio, uno permisivo en donde todo se acepta, uno que no necesita de arrepentimiento alguno. Claro, con tal de tener un gran número de asistentes en sus iglesias han empezado a traer ideas nuevas, cosas que suenen bonitas, alentadoras y les llenen de emociones superficiales; sin decirles jamás que Dios no solo es amor, sino también un Dios justo y tres veces Santo; que delante de su presencia no puede estar el mal (Habacuc 1.13).
Hermanos, dejemos las modas satánicas, porque la iglesia de Dios debe estar predicando la verdad, y esta (la verdad) siempre incomoda. Por lo tanto, el evangelio no puede ser light, esto es, uno que no ofende a nadie, sino que solo hace sentir bien a las personas. El evangelio debe ser ofensivo, ya que debe confrontar al hombre con sus inmundos pecados.
Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. (Hechos 3.19–20 NTV)
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