Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8)
Al pastor británico Joseph Parker le preguntaron: «¿Por qué Jesús escogió a Judas para que fuera uno de sus apóstoles?» Él pensó profundamente en la pregunta durante un rato, pero no se le ocurrió una respuesta. Al tiempo alguien le preguntó si había hallado una respuesta, dijo que aún no sabía, pero que se hacía otra pregunta más desconcertante: «¿Por qué Dios me escogió a mí?»
Es una pregunta que algunos se han hecho a lo largo de los siglos. Cuando la gente se hace dolorosamente consciente de su pecado y se siente rendida por la culpa, clama a Cristo por misericordia. En medio de una gozosa conversión experimentan la verdad de que Dios los ama, que Jesús murió por ellos, y que todos sus pecados han sido perdonados. ¡Esto es algo incomprensible! El Dios tres veces santos, que no tolera el pecado delante de su presencia, muestra amor y da salvación a seres humanos que son sus enemigos.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. (Romanos 5:10)
Yo también me he hecho la misma: «¿Por qué a mí?» Sé que las obras oscuras y pecaminosas de mi vida estuvieron motivadas por un corazón aun más negro y, sin embargo, ¡Dios me dio de su perdón gratuito! (Romanos 3:24). Ciertamente no lo merecía, pues era detestable, un pecador empedernido, hijo de ira (Efesios 2:3). No obstante, Él me abrió sus brazos y su corazón, dándome el perdón de mis pecados y la salvación que tan desesperadamente necesitaba.
¡Es verdad! Yo acariciaba mi pecado, lo protegía, negaba su maldad, y con todo, Dios me amó lo suficiente como para perdonarme y librarme. «¿Por qué a mí?» Aún no lo puedo comprender, pero sé que mi Dios me ama y a ti también, por eso te ofrece el mismo perdón de pecados y gracia que me ofreció a mí. ¿Qué esperas para venir a Él?
Yorumlar