top of page

Nos conoció primero

  • 25 abr
  • 2 Min. de lectura


Versión en video: https://youtu.be/apvpY_ieL8w


Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. (Romanos 8:29)


Antes de que hiciéramos algo bueno o malo, antes de que pronunciáramos nuestras primeras palabras, antes incluso de que el mundo nos conociera, Dios ya nos conocía. No se trata de un conocimiento superficial, como el que se tiene de una persona que se ve de lejos. No. El Señor nos conoció de forma profunda e íntima (Salmos 139:15–16). Conoció nuestras luchas, nuestras debilidades, nuestras alegrías y todo lo que seríamos. Aun así, nos amó y nos eligió.


El verbo “conocer” en este pasaje no es simplemente saber algo acerca de alguien, sino que es un conocimiento relacional, amoroso, completo y profundo. Dios no solo nos “identificó” entre la multitud, sino que nos miró con amor eterno y decidió moldearnos a la imagen de su Hijo. Ese fue, y sigue siendo, su plan: hacernos como el Señor Jesús.


Cuando nos sintamos invisibles, ignorados o incomprendidos, recordemos esto: Dios nos conoce. Y no solo nos conoce, sino que nos ha predestinado con un propósito glorioso: ser como nuestro Señor Cristo. En un mundo donde todos luchan por ser únicos, importantes o relevantes, dándose a conocer por medio de internet, los creyentes podemos descansar en el hecho de que ya somos conocidos y amados por aquel que todo lo sabe y tiene el control de todo.


Mi hermano, no estás improvisando tu vida, no estás perdido entre millones; Dios te vio desde la eternidad, te eligió en su amor, y te está formando para algo mucho mayor que cualquier meta terrenal: reflejar a Jesucristo en cada aspecto de tu vida.

 
 
 

Kommentare


bottom of page