¿Narcisismo cristiano?
- 15 jul 2020
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También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos. (2 Timoteo 3.1–2)
La palabra narcisismo proviene de la mitología griega, que nos dice que Narciso era un joven muy hermoso. Muchas doncellas se enamoraban de Narciso, pero él las rechazaba a todas. Entre ellas estaba la ninfa Eco (quien por haber disgustado a la diosa Hera, había sido condenada a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera). Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, pasó cerca de donde estaba Eco. Narciso oyó ruidos y preguntó “¿Hay alguien aquí?”, Eco respondió: “Aquí, aquí”. Incapaz de poder verla, Narciso le gritó: “¡Ven!”. Después de responder: “Ven”, Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que solo quedó su voz.
Para castigar a Narciso, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó cayendo en un pozo, donde se ahogó.
Hoy en día, en las redes sociales (RRSS) del mundo están plagadas de “Narcisos”; personas que se deleitan en admirarse ellos mismos (narcisismo) y ponen cientos de fotos y videos de ellos y de lo que hacen para que no solo ellos se puedan admirar, sino que los demás también puedan hacerlo. El problema es que hay miles de cristianos que han sido contagiados con este mismo mal. Pero la palabra de Dios nos dice:
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura. (Proverbios 31.30)
Qué pasa cuando nos tomamos una fotos para "vernos bien" y subirlas a las RSS; ¿acaso no es para autosatisfacernos? Y para que los demás nos digan: ¡Ay, que bien sales! ¡Eres hermosa(o)! ¿Dónde compraste eso? ¡Que rica se ve esa comida! ¿Dónde queda ese restaurant? ¡Qué hermoso lugar! ¿Dónde queda? Yo también quiero ir de vacaciones allí.
Cuando hacemos esas cosas ¿honramos a nuestro Dios con ello? La verdad es que no, porque su palabra dice:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. (Lucas 9.23)
¿Tomamos la la cruz de Cristo cuando subimos algo a las RRSS? Es más, como creyentes ¿nos negamos alguna cosa? Porque si nuestro ejemplo a seguir es el Señor Jesús, veamos qué hizo Él:
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se DESPOJÓ a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se HUMILLÓ a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2.5-8)
Hermanos, entendamos que las armas de Satanás son las sutilezas y hacer parecer que todo es simple y de poca importancia, que no debemos tomarnos tan a pecho estas cosas. Nos susurra al oído que no seamos tan fanáticos. En Génesis 3:1-5 podemos ver sus mentiras sutiles nos condenaron a través del pecado.
Dios en su Palabra nos manda a que no amemos al mundo (1 Juan 2.15), asimismo que no lo imitemos tomando su forma y sus maneras (Romanos 12.2), es más, se nos manda que debemos hacer morir lo terrenal en nosotros (Colosenses 3.5). La mentira del diablo para el mundo es que todos se autocontemplen, que otros los adoren y los sigan como a un dios falso. Y sabemos por su palabra que un creyente no puede practicar la idolatría, solo podemos adorar Dios:
No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás.(Éxodo 20.3–5)
Así que, hermanos, huyamos de la vanagloria, de la vanidad y de la autocomplacencia, porque son formas de idolatría. Tampoco imitemos las maneras del mundo, sino que busquemos imitar a nuestro Señor cada día de nuestras vidas.
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