Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado. (Génesis 26.18 RVR60)
Hace unos años, una revista publicó una historia sobre un hombre que visitó una pequeña ciudad. Compró una vieja heredad que estaba deteriorada y pensaba mejorar la propiedad cavando un pozo nuevo. Pero un anciano granjero que conoció el lugar en su gloria original, dijo: «¿Por qué no abre el pozo viejo? Había mucha agua dulce en él».
La sugerencia parecía buena, por lo que el dueño dijo a los trabajadores que limpiaran el pozo viejo. Unos días después empezó a llenarse de nuevo de agua fresca y deliciosa.
Este relato me recuerda a la historia de Génesis 26. Isaac «volvió a abrir los pozos» de su padre Abraham, los cuales habían cerrado los malvados filisteos, y encontró el mismo refrescamiento que encontraron sus antepasados.
Veo en todo esto una parábola espiritual. No hay nada de malo con las viejas verdades de la Biblia que nuestros padres creyeron y a las que se aferraron. El mundo y el diablo han tratado de obstruir nuestros recursos espirituales con teorías hechas por el hombre, pensamientos mundanos y escepticismo sobre la inspiración de la Biblia.
Con la iluminación del Espíritu Santo, limpiemos los pozos eternos de la verdad para que el agua fresca pueda fluir libremente otra vez. Los pozos viejos de verdad bíblica nos satisfarán.
—HGB
Nuestro Pan Diario
26 Abril 2000
Bình luận