Las mismas órdenes
- 2 mar 2022
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Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (Marcos 16:15)
En USA, específicamente en el cementerio nacional de Arlington en Washington, existe una tumba «al soldado desconocido». Esta tumba tiene una guardia constante 24/7. Cada hora se reporta un soldado diferente a cumplir con su deber. Cuando llega un nuevo guardia recibe sus órdenes del que se va. Las palabras son siempre las mismas: «Las órdenes no han cambiado».
Antes de que el Señor Jesús ascendiera a los cielos le dijo a los suyos: «y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» (Hechos 1:8). Además dijo: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19). En otras palabras, el Señor nos comisionó para que predicaramos a toda persona.
Desde aquel día hasta el día de hoy, todos los cristianos en todas las generaciones han proclamado las buenas nuevas de Jesucristo a un mundo sumido en las tinieblas, siendo luz y sal. Cada uno de nosotros tiene el deber de decirle a otros que el Señor Jesús, es el Hijo de Dios, el cual murió en la cruz del Calvario pagando por los pecados que sus criaturas cometemos, y que a través de aquel sacrificio le da salvación gratuitamente a todo aquel que deposita su fe en Él.
Este mundo ha cambiado muchísimo en estos 2000 años que han pasado desde que el Señor pronunció aquellas palabras; no obstante, el mandato de ir y predicar el evangelio, de pregonar las buenas nuevas de Cristo, aún sigue en pie, aún siguen vigentes las mismas órdenes. Por lo tanto, podemos decir como aquel soldado: «Las órdenes no han cambiado».
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. (2 Timoteo 4:1–2)
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