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La majestad del Rey eterno

  • 25 nov 2024
  • 2 Min. de lectura


Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá. Firme es tu trono desde entonces; tú eres desde la eternidad. Alzaron los ríos, oh Jehová, alzaron los ríos su sonido; alzaron los ríos sus ondas. Jehová en las alturas es más poderoso que el estruendo de muchas aguas, más que las recias ondas del mar. Tus testimonios son muy firmes; la santidad conviene a tu casa, oh Jehová, por los siglos y para siempre (Salmo 93:1–5).


Este salmo nos presenta una imagen gloriosa y majestuosa de Dios como el soberano Rey del universo. Desde el primer versículo, se nos recuerda que Dios no solo reina, sino que lo hace con magnificencia y poder. Su soberanía no depende de circunstancias humanas, ni es limitada por el tiempo o el espacio: Él es eterno y su trono es firme.


En un mundo donde las circunstancias cambian rápidamente, donde todo parece inestable, este salmo es un ancla para nuestras almas. Dios no está sujeto a los vaivenes del tiempo ni al caos de este mundo; al contrario, Él lo sostiene todo con su poder. El salmista describe la fuerza de los ríos y el estruendo de las olas, imágenes que simbolizan el poder de la naturaleza, pero al mismo tiempo declara que el Señor es más poderoso que cualquier tormenta o prueba que enfrentemos.


Cuando los problemas de la vida parecen abrumadores y las «ondas del mar» nos rodean, recordemos que nuestro Dios es más fuerte que cualquier adversidad. Él no solo es un Rey poderoso, sino también un Dios fiel, cuyas promesas son firmes. Sus testimonios nos guían, y su santidad es lo que siempre está presente en su casa.


¡Cuán hermoso es para los suyos tener un Dios tan majestuoso! Digamos: Señor, gracias porque eres el Rey eterno, lleno de poder y majestad. Aunque mi mundo parezca tambalear, sé que tu trono es firme y tu amor me sostiene. Ayúdame a confiar en tu soberanía y a vivir en santidad, recordando que tú eres más grande que cualquier tormenta. Amén.

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