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La importancia de escuchar las advertencias



Y el sacerdote Azarías entró tras él, y con él ochenta sacerdotes de Jehová, varones valientes. Y se pusieron contra el rey Uzías, y le dijeron: No te corresponde a ti, oh Uzías, el quemar incienso a Jehová, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo. Sal del santuario, porque has prevaricado; y no te será para gloria delante de Jehová Dios. Entonces Uzías, teniendo en la mano un incensario para ofrecer incienso, se llenó de ira; y en su ira contra los sacerdotes, la lepra le brotó en la frente, delante de los sacerdotes, en la casa de Jehová, junto al altar del incienso. (2 Crónicas 26:17–19)


El rey Uzías comenzó su reinado con humildad y obediencia a Dios, lo que le trajo prosperidad y éxito. Sin embargo, con el tiempo, su corazón se llenó de orgullo, y decidió tomar un rol que no le correspondía: el de sacerdote. Los sacerdotes, liderados por Azarías, le advirtieron que no le correspondía a él quemar incienso en el templo, sino a los sacerdotes consagrados. Uzías, en vez de escuchar y arrepentirse, se llenó de ira, y como resultado, Dios lo castigó con lepra. ¿Cómo podemos nosotros evitar caer en lo mismo?


1. Reconocer la autoridad de Dios: Nuestro Dios ha establecido roles y autoridades por una razón, pero cuando intentamos tomar roles que no nos corresponden, estamos desafiándole directamente, lo cual trae consecuencias sobre nosotros. Es importante reconocer y respetar las estructuras que Él ha puesto en nuestras vidas, ya sea en la familia, la iglesia o la sociedad misma.


2. Escuchar las Advertencias: Dios en su misericordia nos envía advertencias a través de su Palabra, de hermanos en la fe, e incluso de las circunstancias. No obstante, ignorar estas advertencias no lleva a consecuencias graves. Es sabio escuchar y considerar las advertencias que se nos hacen con un corazón humilde y dispuesto a ser corregido (Proverbios 25:12).


3. El Peligro del Orgullo: El orgullo fue la caída de Satanás, de Adán y Eva, así como del rey Uzías. Cuando permitimos que el orgullo gobierne nuestras acciones, nos volvemos sordos a las correcciones y advertencias de otros. Por eso dice su Palabra: «Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios» (Proverbios 16:18–19).


Mis hermanos, la historia de Uzías nos recuerda la importancia de mantenernos humildes, y sobre todo, obedientes a Dios, escuchando, atentamente, para actuar conforme a sus advertencias. Solo así podremos vivir una vida que le honra y evita las trágicas consecuencias del orgullo y la desobediencia.

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