La fidelidad de Dios, un refugio seguro
- 17 ene
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Versión en video: https://youtu.be/TV0XEujOMCU
Conozcan, pues, que el Señor su Dios es Dios; Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones. (Deuteronomio 7:9)
La fidelidad de Dios es uno de los pilares que sostienen nuestra fe. En un mundo donde las promesas humanas a menudo se rompen y las circunstancias cambian constantemente, la fidelidad de Dios es un ancla firme que nos sostiene en cualquier tormenta. Él no solo promete ser fiel, sino que lo demuestra en cada página de la Escritura, así como en cada etapa de nuestra vida.
El pasaje de Deuteronomio 7:9 nos recuerda que Dios no solo cumple sus promesas, sino que las extiende por las generaciones. Su fidelidad no depende de nuestras emociones, de nuestra constancia o incluso de nuestra debilidad. Él es fiel porque es su naturaleza. Aun cuando somos infieles, Dios permanece fiel, nos dice 2 Timoteo 2:13.
Consideremos por un momento cómo hemos visto la fidelidad de Dios manifestarse en nuestra vida. Tal vez fue en un momento de necesidad, cuando la provisión llegó de una forma inesperada. Quizás fue en un tiempo de dolor, cuando su paz inexplicable llenó nuestro corazón. O puede ser simplemente en el hecho de que cada día despiertas con nuevas misericordias (Lamentaciones 3:22–23).
Dios nos invita a confiar plenamente en su carácter y a recordar que no hay sombra de variación en Él. Sus planes para nosotros son buenos, incluso cuando no entendemos el panorama completo. Su fidelidad es el refugio seguro donde podemos descansar, sabiendo que Él tiene el control de todas las cosas.
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