También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos. (2 Timoteo 3:1–2)
Dios, en su sabiduría, usó al apóstol Pablo para darnos esta advertencia: «Porque habrá hombres amadores de sí mismos». Muchos creyentes han de decir: «Sí, es así, la gente es más egocéntrica que nunca», es cosa de ver las redes sociales de las personas del mundo llenas de selfis, mostrando cada cosa que hacen o comen. Sin embargo, existe un gran número de cristianos que hacen exactamente lo mismo.
Hoy en día, muchos cristianos —al igual que el resto mundo— sienten una compulsión por «compartir» todo lo que hacen en las redes sociales. Es triste abrir cualquier red social y ver cientos de selfis y videos de ellos, donde son los protagonistas de todo, y no se dan cuenta de que esto no es otra cosa que una forma de idolatría personal. Dios nos dice en su Palabra: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12:2). La palabra «conformar», tanto en español (que deriva del latín) como en el griego en el que fue escrito originalmente, indica lo mismo: tomar la forma de. Por lo tanto, el llamado es a no imitar al mundo, sus costumbres y maneras.
El mandamiento de Dios es claro: «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo 20:3). Cuando nos amamos a nosotros mismos, le estamos quitando el amor que Dios merece y lo estamos tomando para nosotros mismos, convirtiéndonos nosotros mismos en un ídolo, poniéndonos delante de Dios en preeminencia. Ya que buscamos que otros nos den sus «likes» y nutran así nuestro ego.
Mis hermanos, dejemos de alimentar a nuestro viejo yo al glorificar nuestra apariencia física, dejemos de seguir la corriente de este mundo, pues ya fuimos sacados de ella (Efesios 2:1–2), y sobre todo, dejemos de idolatrarnos, que eso le desagrada profundamente a Dios.