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  • Foto del escritorAlexis Sazo

Jesús y no Pablo



Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. (Juan 13.13 RVR60)


La gran mayoría de la cristiandad ha tomado a Pablo como su maestro y no al Señor Jesús. Digo esto, porque, por ejemplo, los creyentes estudian más las cartas paulinas de lo que estudian los evangelios. Pero fue el mismo Pablo que dijo:


Y ustedes deberían imitarme a mí, así como yo imito a Cristo. (1 Corintios 11.1 NTV)


Si bien, en estas palabras de Pablo, pareciera como si nos invitara a imitarlo a Él sin más, no obstante, indirectamente estaba diciendo que lo imitáramos a Él, porque Él imitaba a Cristo; en otras palabras, es como si dijera: —«Yo imito a Cristo, por eso deberían lo mismo que hago yo».


El problema es que sabemos (o nos preocupamos) más de lo que dijo o hizo Pablo, que de lo que dijo e hizo el Señor Jesús. Hermanos, ¡el maestro es Jesús, no Pablo! ¡El Señor es Dios encarnado, no Pablo! Pablo fue un mero hombre al servicio del Dios Altísimo. Por supuesto que hizo mucho por la iglesia de Dios, pero eso no lo pone por sobre Cristo, ni siquiera al mismo nivel que Él, porque no hay quien se pueda comparar al hombre perfecto que fue el Señor Jesús. Además, fue el mismo Pablo que dijo:


Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. (Efesios 5.1 LBLA)


Hermanos, nuestro maestro, es decir, el modelo a seguir que tenemos los cristianos, es el Señor Jesús, no Pablo. Pero muchos hermanos -espero que de manera inconsciente-, ponen a Pablo al mismo nivel que el Señor; y aún peor, hay quienes incluso lo ponen por sobre el Señor Jesús; pues obedecen las Palabras de Pablo más de lo que desean obedecer las del Señor, lo cual es terrible.


Una pregunta, pero responda con toda honestidad, si tiene que leer el Nuevo Testamento, ¿qué leería más, los evangelios o las cartas de Pablo? Otra pregunta, ¿es de los que cree que los evangelios solo sirven para predicar? Si usted es uno de estos cristianos que piensa que los evangelios sirven solo para predicar y no que son una guía de cómo ser imitadores del Señor Jesús; entonces, no debería llamarse a usted mismo cristiano, sino paulino, porque finalmente no sigue a Cristo y sus enseñanzas, sino que sigue a Pablo.


No quiero que nadie se tome a mal esto, ni que estoy denigrando al apóstol Pablo, porque fue un prominente hermano, sino que lo he querido destacar en este devocional es que quien debe tener la preeminencia, a quien debemos imitar en todo, en donde debemos centrar toda nuestra atención es en el Señor Jesús, no en Pablo, ni en Pedro o Juan. El ejemplo perfecto es Cristo, el maestro, como ya dije, es el Señor, no Pablo. Por lo tanto, nuestra atención debería estar primeramente en los evangelios y de manera secundaria en las cartas paulinas, porque lo que debemos obedecer mayoritariamente son los mandamientos del Señor.


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