Descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mateo 14:29-31)
Reconozcamos hermanos, que muy a menudo, nosotros también merecemos este reproche lleno de amor que el Señor Jesús le hizo al apóstol Pedro. Esto es especialmente evidente cuando «el fuerte viento de la prueba» nos desestabiliza y hace tambalear nuestra fe en el Señor. Bueno, es en esos momentos que necesitamos recordar estas cuatro verdades bíblicas:
Primero: El Señor nos dejó una promesa a todos los que hemos creído en su nombre, pues dijo: «He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). En la expresión «todos los días» están incluidos, especialmente, los días de prueba. Así que no creamos en las mentiras de Satanás de que porque estamos en medio de una prueba Dios nos ha abandonado.
Segundo. Quizás esta sea una de las que más nos cuesta: «A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien» (Romanos 8:28). Porque los acontecimientos que nos hacen sufrir y llorar también forman parte de ello. Nos es difícil ver en medio de la tormenta que lo que estamos viviendo lo permitió Dios y es para nuestro bien.
Tercero: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias» (Filipenses 4:6). Por lo tanto, no hay ninguna necesidad que no podamos llevar al Señor. Quizás Él no nos responda como nos gustaría, pero podemos estar seguros de que lo hará a su tiempo y a su manera, y que mientras esperamos, la paz de Dios reinará en nuestro corazón; siempre y cuando descansemos en Él.
Cuarto: recordemos que Él es el «Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones» (2 Corintios 1:3-4). En nuestras pruebas los consuelos del Señor siempre serán muy abundantes, aunque al principio no lo veamos, pero es así.