
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. (Lucas 23:43)
Esta pregunta fue formulada por un periodista a un deportista, el cual respondió: «A veces tengo miedo de encontrarme con gente que no merece estar ahí». El juicio que tenemos sobre los demás es personal: juzgamos a una persona según su apariencia, o por la manera en como se importa con nosotros. Algunos nos parecen más dignos que otros, unos parecen egoístas, mientras que otros se dedican a hacer buenas obras. Y los segundos nos parecen más aceptables, por ejemplo, debido a su carácter o a su actividad humanitaria.
Sin embargo, nuestro juicio es superficial, pues no es imposible conocer los motivos que mueven a los demás. Solo Dios conoce perfectamente el fondo de las cosas, y dará a cada uno según sus obras. Eso nos dice su Palabra, por ejemplo, en Eclesiastés 12:14, «Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala». Pero no son nuestros juicios sobre alguien lo que cuenta para que alguien sea digno o no de entrar en el cielo.
Si miramos el versículo del encabezado, el Señor Jesús le promete entrada en el paraíso al malhechor crucificado. Según nuestra apreciación, aquel hombre no era digno de entrar en el reino de Dios. Entonces, ¿por qué el Señor Jesús le abrió entrada a ese lugar? Sencillamente, porque reconoció que era culpable y puso su confianza en el Señor para obtener el perdón de sus pecados. ¿Le molesta la gracia de Dios? ¿No quisiera estar con un criminal en el cielo? Si es así, agrego una pregunta más: ¿en qué se basa para pensar que tiene un lugar allá?
Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. (Gálatas 2:16)
Lo cierto es que nadie merece el cielo, sin embargo, Dios da entrada en él a todo aquel que cree, por la fe, en su Hijo Jesucristo. ¿Estará usted allá?
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