top of page

¿Estamos esperando la venida del Señor?

  • 5 abr
  • 2 Min. de lectura


Versión en video: https://youtu.be/MN39iYYxUnA


Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. (Mateo 24:44)


La pregunta no es si Cristo vendrá, porque su regreso es seguro. La verdadera pregunta es: ¿Estamos realmente esperando su venida?  Esperar algo significa vivir en anticipación, con la mirada fija en lo que ha de venir. Por ejemplo, cuando esperamos la llegada de un ser querido, preparamos su habitación, ordenamos la casa y nos aseguramos de que todo esté listo para recibirlo con gozo. ¿Estamos haciendo lo mismo con la venida del Señor?


Nuestro Señor Jesús nos llama a estar preparados. No significa vivir con miedo, sino con expectativa y fidelidad. Un corazón que espera a Cristo vive en santidad, en amor y en servicio, sabiendo que cada día puede ser el último antes de encontrarnos con Él.


Dios, por medio de Pablo, nos exhorta, diciendo: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. (Tito 2:13). Esto implica que nuestra esperanza no es pasiva, sino activa. Esperar al Señor significa vivir cada día como si hoy fuera el día de su regreso.


El mundo nos distrae con sus preocupaciones, nos embriaga con placeres pasajeros y nos adormece con la rutina. Pero Jesucristo nos advierte: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería, embriaguez y los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”. (Lucas 21:34).


Cristo viene y nada lo va a detener. Claro, no sabemos la hora, pero no podemos negar, basados en las señales que vemos, que su regreso es inminente. Por tanto, que nuestro anhelo por su venida se refleje en nuestra manera de vivir: en santidad, en oración, en amor y en una fe activa. Que no nos sorprenda como ladrón en la noche, sino como el encuentro esperado con nuestro Salvador.


Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. (1 Juan 2:28)

Comments


bottom of page