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EL PECADO ORIGINAL




Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. (Ezequiel 28.15 RVR60)


¿De quién se habla aquí? De Satanás, específicamente. Muchas veces pensamos que el pecado de Adán y Eva en Edén fue el primer pecado, pero no, ese fue cometido en el cielo. ¿Sabe cuál fue su pecado? Querer ser igual a Dios; poseer más de lo que se le había dado; pues dijo: Subiré y seré semejante al Altísimo (Isaías 14.14 RVR60). Básicamente, lo que el diablo quería hacer, era poner un trono al lado del de Dios (v13) y ser igual que Él.


Hermanos, ¿alguna vez se ha comparado con alguien más y deseado tener tal o cual cosa? Porque eso fue precisamente lo que pasó con Eva, también deseo más de lo que Dios le había dado. Dice su Palabra: Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría (Génesis 3.6 RVR60). Fue lo mismo, deseo lo prohibido, lo que Dios no le había dado. Y eso mismo hacemos nosotros. Por ejemplo, decimos: Quisiera tener el cabello como ella; una casa como la de él; quisiera ser rico como tal o cual, etc.


Satanás se miró a sí mismo, pero no le bastó con lo que vio, sino que se comparó con Dios y quiso ser igual a Él. A esto se le llama codicia; y Dios la condena en su Palabra (Éxodo 20.17). Fíjese que para que la inferioridad exista, debe haber una comparación y un deseo de codicia de poseer lo que no se tiene.


Así que, si queremos ser como otros, significa que nos sentimos «inferiores». Y este es el gran pecado que existe en el mundo. ¿Quién lo inició? Satanás. ¿Acaso quiere ser como él? Si su respuesta es no, entonces, no siga sus pasos. No se compare con otra persona.


La comparación es el primer paso hacia la inseguridad. La cual le llevará a la inferioridad, que es otro de los tantos pecados que Satanás introdujo en el mundo. Y una vez que la inferioridad y la inseguridad se arraigan, le está dando paso a los espíritus demoníacos un punto de apoyo del cual sujetarse y poder atacarle a usted de manera constante.


El problema siempre comienza cuando apartamos nuestros ojos de Dios, para seguir y hacer lo que nosotros creemos que es lo correcto, y empieza el mal. Por eso Dios dice: Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte (Proverbios 14.12 RVR60). Así que, dejemos de pensar en que nos falta algo o que deberíamos parecernos a alguien más o tener una vida como la del tal o cual, porque bien dice su Palabra:


Mi embrión vieron tus ojos, en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. (Salmos 139.16 RVR60)


Y también dice:


Por el Señor son ordenados los pasos del hombre y el Señor se deleita en su camino. (Salmos 37.23 LBLA)


Pidamos a Dios sabiduría para vivir conforme a lo que Él le agrada y para estar satisfechos con lo que nos ha dado.


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