El ejemplo de perdón de Cristo
- 5 feb
- 2 Min. de lectura

Versión en video: https://youtu.be/GT9ZC-hZlxI
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro; de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. (Colosenses 3:13)
El perdón es una de las pruebas más grandes del carácter del cristiano. A veces, nos resulta difícil perdonar porque sentimos que la otra persona no lo merece, que el daño fue demasiado grande o que el perdón sería una forma de justificar la ofensa. Pero Dios nos llama a perdonar de una manera que va más allá de nuestras emociones: nos llama a perdonar como Cristo nos perdonó.
Pensemos por un momento en lo que eso significa. El Señor Jesús nos perdonó cuando no lo merecíamos, sin condiciones, sin esperar que primero cambiáramos. Su perdón no fue superficial ni parcial, sino total y transformador. Si hemos recibido ese perdón inmerecido, ¿cómo podemos negarlo a los demás?
Algo que no visualizamos tan claramente, es que la falta de perdón nos esclaviza. Nos mantiene atrapados en el dolor y nos impide crecer espiritualmente. Pero cuando decidimos perdonar, aunque sea difícil, Dios sana nuestro corazón. No significa que la herida desaparezca de inmediato ni que la confianza se restaure automáticamente, pero sí significa que entregamos nuestra amargura a Dios y dejamos que Él haga justicia a su manera perfecta.
Mis hermanos, el perdón no es una opción para el cristiano, sino un mandato de Dios. No porque sea fácil, sino porque es la manera en que reflejamos a Cristo en nuestras vidas, porque, ¿de cuántos pecados nos ha perdonado el Señor? ¿Merecíamos ser perdonados por Él? No, bajo ningún punto de vista.
Por tanto, si queremos vivir en paz, crecer en amor y caminar en obediencia, debemos practicar el perdón todos los días. Quedémonos con una reflexión: ¿Hay alguien a quien necesitemos perdonar hoy?
Comments