Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. (Efesios 4.8 RVR60)
Dios tiene dones para los hombres. Y usted se pregunta: «¿Qué tipo de hombres?» Incluso para los rebeldes. Pero ¿desearon ellos ser rebeldes? Lo cierto es que no, ya que, algunas veces, hay transgresiones que rompen nuestros corazones y nos hacen gemir y sentir dolores de parto. ¿Era pecar, nuestro deseo original como seres humanos? No. Dios mira justo al mismo lienzo de todas las historias de nuestras vidas, y Él ha determinado su mente en nosotros.
Su debilidad debe ser tamizada como la paja ante el viento, para que de cada semilla brote grano puro delante de Dios. El fuego consumirá como el horno para quemar lo incipiente (ver Malaquías 4.1), pero el trigo será recogido en el granero, el tesoro del Dios Altísimo, y Él mismo nos sostendrá.
Quizás se pregunte, ¿para qué es este proceso? Pues, para el perfeccionamiento de los santos (ver Efesios 4.11-12). ¡Oh, solo piense —gracias a ese quebrantamiento suyo, usted será totalmente hecho a la imagen de Él; esa debilidad suya será fortalecida para ser como Él! Usted debe sostener la imagen del Señor en cada detalle. Usted debe tener la mente de Cristo (ver Filipenses 2.5) en perfección y en belleza.
Amado, no falle ni se marchite porque la mano de Dios está sobre usted, sino dese cuenta de que Dios debe purificarlo para la perfección de los santos. Oh, sí ¡Jesús le ayudará en el proceso! Amigo, ¿qué hará usted con esta dorada oportunidad, con esta presión interna de un clamor a Dios en su alma? ¿Dejará que otros sean coronados mientras usted pierde la corona? ¿Está usted hoy dispuesto a ser sacado del cautiverio por Dios?
Pensamiento para hoy: No hay peros en la santificación del Espíritu. Los «pero» y los «si» se fueron; así que remplácelos con «debo» y «haré».
—Smith Wigglesworth.
Devocional de Smith Wigglesworth (modificado)
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