Alexis Sazo
Dios nos ama

De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)
¿Sabe usted que Dios lo ama? Quizás usted no le haya pedido nada, pero Él lo ama a pesar de todo. Tal vez usted no se siente digno de ser amado, sin embargo Él lo hace. El amor de Dios hacia usted no es debido a su buena conducta o a sus esfuerzos por hacer el bien. No, sino porque Él es su Creador y ama a sus criaturas; esto lo dejó demostrado al morir en la cruz ocupando su lugar. Bien dicen las Escrituras: «Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías 53:4–5).
Dios envió a la tierra a su propio Hijo, Jesucristo, quien se hizo hombre para hablarnos en un lenguaje que pudiéramos comprender. Y aunque el Señor Jesús ya no está en la tierra, todavía podemos escuchar su voz y conocer su vida leyendo los evangelios. ¿Lo ha hecho usted? ¿Se ha tomado el tiempo de leer la Biblia para descubrir, ver y escuchar a Dios?
El primer mensaje de Dios para nosotros no es agradable. Nos dice que le hemos desobedecido, y que debido a esto merecemos ser castigados: «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino». Pero Jesús, el enviado de Dios, se ofreció para ser castigado en nuestro lugar: «mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros» (Isaías 53:6). Así Él, el justo, se dejó crucificar y soportó el castigo que merecían nuestros pecados, a fin de que los que creen en Él no sean condenados (Juan 5:24). Él les ofrece, pues, una absolución definitiva, y una nueva vida en relación con Dios a todo aquel que esté dispuesto a creer en Él y a reconocerle como su Salvador. ¿No es la más grande prueba de que Dios nos ama?
Hoy Dios le pide que se arrepienta y crea en Jesucristo. Él no lo fuerza, pero le muestra su amor y le suplica encarecidamente que crea. Dios no quiere que usted se pierda, sino que tenga la vida eterna, la verdadera vida.