top of page
  • Foto del escritorAlexis Sazo

Cuando soy débil, entonces soy fuerte



Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo, me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy. Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros. (2 Corintios 12:8–12)


Lena Klingwall nació sin brazos. Como campeona mundial de natación en los juegos paralímpicos, pudo dar testimonio de su fe:


—¿Estaba Dios cerca de mí cuando yo solo era un embrión? ¿Pensó en mí antes de mi nacimiento? Su Palabra lo dice y yo lo creo, estoy persuadida de que mi apariencia no es lo esencial. Lo importante es mi actitud hacia Dios. Evidentemente, muchas veces me pregunté por qué Dios permitía tanto sufrimiento, enfermedades y penurias en la tierra. Quizás, justamente lo que nos hace sufrir es lo que más sirve para fortalecernos. Nadie atraviesa la vida sin encontrar un obstáculo. Me parece que los seres humanos se enriquecen con las experiencias dolorosas que Dios les permite.


—Con la ayuda del Señor, pude superar los sufrimientos y las dificultades en mi vida. Él mismo me dio la fuerza necesaria para ello. Por supuesto que a menudo deseé que Dios me hubiera evitado mi discapacidad, pero más de una vez experimenté su presencia, tanto en situaciones insignificantes como en circunstancias importantes, esto me da gozo y fuerza.


¿Y nosotros, mis hermanos? ¿Permitimos que Dios obre en nuestras debilidades? Pues es en esta cuando más sentimos que Él se manifiesta, puesto que es lo único que nos queda cuando lo hemos perdido todo, y es ahí, cuando somos débiles, que verdaderamente somos fuertes, pues lo somos en Cristo.


49 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page