Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. (1 Timoteo 1:15 RVR60)
Un famoso médico y profesor universitario estuvo muy turbado durante varios años por lo que había aprendido sobre la Biblia en su infancia, e igualmente por todas las críticas que había escuchado sobre la Palabra de Dios. Un día decidió leerla para comprobar con sus propios ojos si era verdad todo cuando había aprendido y escuchado, y después de su lectura declaró públicamente:
«Ahora creo que la Biblia es la Palabra inspirada por Dios. Ella me reveló la verdad como ningún otro libro en el mundo, y me dio un diagnóstico muy claro de mi condición espiritual; soy un pecador. Por naturaleza estoy perdido en mi pecado y alejado de Dios sin posibilidad alguna de acercarme a Él por mis propios medios o esfuerzos. Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios sin padre humano, sino concebido por obra del Espíritu Santo y nacido de María cuando aún era virgen.
Creo que todos los hombres somos pecadores por naturaleza y que estamos alejados de Dios, y así mismo, nadie puede salvarse por sí mismo. Creo también que el Hijo de Dios vino a la tierra y que, al ser derramada su sangre en la cruz del Calvario, pagó el rescate por nuestros pecados. Asimismo creo que aquel que recibe a Jesucristo como su Salvador, nace espiritualmente de nuevo para vivir eternamente. Porque bien dijo Jesús:
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. (Juan 5:24 RVR60)
Ya no estoy en la incertidumbre, y por la fe en Dios, poseo la convicción de haber encontrado la verdad, sobre la cual no tengo la más mínima duda; pues Jesús dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6 RVR60)
Como pensamiento final puedo agregar que leer la Palabra de Dios, cada día como alimento espiritual, nos ayudará a corregir nuestras malas inclinaciones, a purificar nuestros afectos, pues nos da un creciente conocimiento de Dios y de su justicia».
Bien dice la Palabra de Dios: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino» (Salmos 119:105 RVR60). Si usted desea conocer la verdad sobre la vida y la muerte, el propósito por el cual los seres humanos estamos en este mundo, y cómo acercarse a Dios, entonces lea la Biblia, en ella encontrará toda la verdad de Dios para sus criaturas. Pero no demore, pues mañana podría ser demasiado tarde.
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