Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19)
¿Alguna vez se ha sentido melancólico? Por ejemplo, cuando las personas de la vida diaria nos desaniman. Quizás tiene demasiado que hacer, demasiados problemas, muy poco para poder suplir una necesidad, pero le sobran dificultades. Cualquiera sea la causa, el resultado es el mismo: Se nos acaban las fuerzas, el gozo desaparece y parece que no tenemos cómo alejar la tristeza de nuestras vidas. Bueno, mis hermanos, cuando esto nos pase, cuando la melancolía amenace con arruinarnos el día, probemos estas soluciones bíblicas para alejarla.
Problema: Las cosas parecen imposibles. Respuesta: Todas las cosas son posibles para Dios (Lucas 18:27).
Problema: La vida a menudo es agotadora. Respuesta: Jesús nos ofrece descanso para nuestras almas (Mateo 11:28–29).
Problema: Tenemos miedo. Respuesta: Dios nos dice que no temamos, que Él nos ayuda (Isaías 41:10).
Problema: Estamos preocupados y ansiosos. Respuesta: Echemos la carga sobre Dios, porque Él tiene cuidado de nosotros (Salmos 55:22; 1 Pedro 5:7).
Problema: Nos sentimos solos en el mundo. Respuesta: El Señor nos prometió que nunca nos iba a dejar ni abandonar (Hebreos 13:5).
Por lo tanto, hermanos, es necesario que pidamos ayuda para aprender a confiar en Dios, para que nos refugiemos en Él, para poder descansar en Él, pues es nuestra roca (Deuteronomio 32:4) firme en quien podemos confiar. Es más, Dios desea que dependamos de Él, quiere ser nuestro descanso, nuestro refugio y nuestro ayudador. No debemos olvidar que tenemos de nuestro lado al Dios Todopoderoso y sustentador de todo el universo. Su deseo es que podamos decir como el salmista: «Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová, Dios mío, te alabaré para siempre» (Salmos 30:11–12).
Entonces, ¿dejaremos la tristeza y los problemas en manos de nuestro Dios?
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