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  • Foto del escritorAlexis Sazo

Cápsula devocional #6: ¿Por qué Dios permite todo esto? COVID-19

Actualizado: 5 jul 2020



 

NOTA: Esta es la transcripción del episodio del podcast Edificados en Cristo. Para escuchar el episodio haz click aquí

 

¡Sean todos muy bienvenidos a nuevo episodio más en su podcast Edificados en Cristo! Mi nombre es Alexis y el día de hoy les traigo un episodio titulado ¿Por qué Dios permite todo esto? Pero antes, demos paso a la intro y los veo enseguida.


A raíz del Coronavirus o COVID-19, existe un sentimiento colectivo mundial de temor y en algunos casos de desespero frente al contagio. Muchos creyentes no logran entender cómo un Dios tan bueno y misericordioso está permitiendo esto. Pues es normal que el mundo no lo entienda y más de alguno estará culpando a Dios, pero ¿Cuál es la causa de todo esto?


En el libro del profeta Isaías podemos leer lo siguiente:


Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. (Isaías 24.4-6)

Dios no es el causante de esto, sino que hemos sido nosotros, es decir, los seres humanos, quienes nos hemos buscado este castigo por nosotros mismos. Nuestras propias maldades, nuestras desobediencias a las leyes divinas, el no hacer justicia a quien se lo merece, etc. Todo esto nos ha traído como consecuencia esta pandemia que sufrimos hoy en día. No mis hermanos, no podemos culpar a Dios de esto, porque su Palabra nos dice:


Pues yo no me complazco en la muerte de nadie -declara el Señor Dios-. Arrepentíos y vivid. (Ezequiel 18.32)

No sé si alguna vez usted ha pensado o creído que el Señor se complace de la muerte de los seres humanos. Bueno en este versículo vemos que no. Pero es más, ni siquiera le gusta que mueran los malos. Escuche:


¿Acaso piensan que me agrada ver morir a los perversos?, pregunta el Señor Soberano. ¡Claro que no! Mi deseo es que se aparten de su conducta perversa y vivan. (Ezequiel 18.23 NTV)

Amados en Dios, recordemos algo, que nuestro Dios es bueno, es más, es el único bueno, tal como lo dijo el Señor Jesús cuando el joven rico le dice: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. Esto está en Lucas capítulo18 versos 18 y 19.


Sin embargo, ¿Por qué si Dios siendo tan bueno permite todo esto? Primeramente, porque él es justo y no puede dejar sin castigo nuestras maldades, así lo leemos en Números 14.18: El Señor es lento para la ira y abundante en misericordia, y perdona la iniquidad y la transgresión; mas de ninguna manera tendrá por inocente al culpable; sino que castigará la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación.


La segunda razón es que está tratando de llamar la atención del ser humano para que se vuelva a él. Para mostrarle su amor y su misericordia. Porque, bien dice su Palabra: en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende. Esto está en Job capítulo 33 verso 14.


Dios no nos habla duro la primera vez, tampoco una segunda; sino que él va escalando progresivamente. Lo primero que hace es que usa a sus siervos para comunicar su mensaje, si no lo oyen, el Señor les va hablando de otra forma; quizás a través de un problema pequeño o un accidente de alguien cercano, de una enfermedad que uno sufre, etc. Pero el hombre no se vuelve a Dios.


Y hoy nos está hablando a través de esta enfermedad, en la cual hay miles muertos ya, porque es la única forma que tiene Dios en que pensamos en este tema, en que todos un día vamos a morir. Bien dice su Palabra en Eclesiastés 7.2: Mejor es ir a una casa de luto que ir a una casa de banquete, porque aquello es el fin de todo hombre, y al que vive lo hará reflexionar en su corazón.


Mis hermanos, nuestro Dios no solo le está hablando al mundo inconverso, sino que nos está hablando a todos nosotros también, para que nos volvamos a él en oración, nos volvamos a su Palabra, para que meditemos en ella; para que le busquemos de todo corazón; para que también encontramos refugio en estos días de temor, de dificultad, de preocupación. Bien dice en Isaías 25.4: Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor.


Dios está permitiendo todo esto para que nosotros, es decir, sus hijos pasemos tiempo a solas con nuestro él. Para que reflexionemos en dónde tenemos puestos nuestros corazones. Para que nos demos cuenta de lo pasajera y frágil que es esta vida y que no perdamos nuestro tiempo en cosas perecederas, sino que nos esforcemos por ganar las que son eternas.


Pablo le decía a los Efesios 5.16: aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.


Seamos sabios mis hermanos, pongamos atención a la voz de nuestro Señor y no seamos rebeldes como el mundo, sino que volvámonos a él. Busquemos su compañía y consuelo.


Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros. (Zacarías 1.3)

Que el Señor les bendiga.



Para descargar la transcripción como PDF, haga click en el link de abajo


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