Busca las cosas de arriba

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3:1–3)

Como creyentes, nuestra nueva identidad en Cristo transforma radicalmente nuestra perspectiva. En Colosenses 3:1–3, Dios nos invita a vivir con una mirada elevada, centrada en las cosas celestiales y no en los afanes temporales de este mundo. Si hemos resucitado con Cristo, nuestra vida ya no se rige por los valores y prioridades terrenales. Hemos muerto al viejo yo, y nuestra verdadera vida está ahora escondida con Cristo en Dios, segura y eterna.

La frase «buscad las cosas de arriba» nos recuerda que nuestra esperanza, propósito y satisfacción no están en lo que este mundo pudiese ofrecernos, sino únicamente en Cristo, quien está sentado en autoridad en el cielo. Este llamado no significa que ignoremos nuestras responsabilidades en la tierra, sino que las vivamos con una perspectiva eterna, guiados por los valores del Reino de Dios.

El apóstol Pablo nos anima a «poner la mira en las cosas de arriba» Esto implica intencionalidad. ¿Dónde está nuestro enfoque diario? ¿Estamos invirtiendo más tiempo en las preocupaciones pasajeras o en cultivar nuestra relación con Cristo?

Pidamos a nuestro Dios que nos ayude a buscar las cosas de arriba y a vivir con una perspectiva eterna, no con una terrenal, que es lo que este mundo nos ofrece. Pidamos que se nos enseñe a discernir lo que realmente importa y a confiar en que nuestra vida está segura en Él. Asimismo, para que cada día reflejemos su amor y su propósito en nuestras vidas, imitando a nuestro bendito Señor y salvador.