Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia
- 9 feb
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Versión en video: https://youtu.be/gfzFDIyhJdU
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. (Mateo 5:6)
En un mundo donde la justicia parece escasa y el mal con frecuencia prevalece, el Señor Jesús nos llama a tener hambre y sed de justicia. No se trata solo de un deseo superficial, sino de una necesidad profunda, como la de un viajero en el desierto anhelando agua o un hambriento esperando pan.
Esta justicia no es la que el mundo define, basada en leyes humanas o normas cambiantes. De la justicia que hablamos es la justicia de Dios, que tiene que ver con su rectitud, su verdad, su inmutabilidad y su santidad. Tener hambre y sed de justicia significa anhelar que nuestra vida esté alineada con la voluntad de Dios, desear vivir en santidad y buscar que su Reino se manifieste en la tierra.
El Señor Jesús promete que aquellos que anhelan esta justicia serán saciados. Esto no significa que siempre veremos justicia inmediata en este mundo, porque este sistema mundano está no solo gobernado por el maligno, sino que además está manchado con el pecado. Sin embargo, Dios mismo, llenará nuestro corazón con su paz, su presencia y su verdad, a pesar de las injusticias que podamos presenciar. Además, nos asegura que un día su justicia reinará por completo cuando Él establezca su reino eterno.
Mis hermanos, ¿tenemos hambre y sed de la justicia de Dios? Que nuestra oración sea: Señor Jesús, despierta en mí un profundo anhelo por tu justicia. Llena mi corazón con tu verdad y ayúdame a vivir de acuerdo a tu voluntad. Amén.
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