Bienaventurados los que habitan en tu casa
- 16 feb
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Versión en video: https://youtu.be/V1rz7LIo56s
Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán. (Salmos 84:4)
El anhelo del salmista por la presencia de Dios es evidente en este hermoso versículo. Hablar de “habitar en la casa de Dios” no se refiere solo al templo físico en Jerusalén o a la iglesia local donde nos congregamos, sino a vivir en comunión constante con Él, disfrutando de su presencia y cercanía en todo lugar.
Al decir que aquellos que habitan en la casa de Dios son bienaventurados, nos recuerda que, primeramente, hay una bendición de Dios, y en segundo lugar hay una felicidad y plenitud especial para aquellos que han hecho de Dios su morada. En un mundo lleno de incertidumbre, angustias y distracciones, encontrar nuestro refugio en Dios nos da estabilidad y gozo duradero.
Quienes permanecen en la presencia del Señor no pueden hacer otra cosa que alabarle. Su amor, su fidelidad y su gracia nos llevan a una respuesta natural de adoración. No es una alabanza ocasional ni forzada, sino un reconocimiento genuino y continuo de su grandeza.
Mis hermanos, ¿dónde estamos habitando? ¿Lo hacemos permanentemente o solo somos visitas en su casa cuando estamos en tiempos de necesidad? Que este versículo nos motive a buscar a Dios cada día, a vivir en su presencia y a deleitarnos en Él, porque allí encontramos verdadera bendición.
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