Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte
- 23 feb
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Versión en video: https://youtu.be/IGflWizRH4k
Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro. (Salmos 89:15)
La Palabra de Dios nos dice una y otra vez que la verdadera felicidad no se encuentra en las riquezas, en el éxito terrenal o en la comodidad de la vida. En este versículo, el salmista nos recuerda que los verdaderamente bienaventurados son aquellos que han aprendido a aclamar a Dios con gozo, y a caminar en la luz de su rostro.
El verbo aclamar implica gozo, adoración y gratitud. No es simplemente una expresión de palabras vacías, sino un corazón que reconoce la grandeza de Dios y responde con alabanza sincera. Aclamar al Señor significa vivir en una constante actitud de adoración, confiando en su soberanía y fidelidad en cada circunstancia.
Además, este versículo nos habla de andar a la luz del rostro de Dios. En la Biblia, la luz simboliza la guía divina, la verdad y la pureza. Por tanto, andar en su luz significa vivir bajo su dirección, en obediencia y comunión con Él. Al andar bajo su luz, no hay oscuridad ni incertidumbre, pues caminamos bajo su mirada amorosa.
Muchas veces, el mundo nos ofrece caminos llenos de sombras, incertidumbre, de pecado y de desesperanza, pero los que conocen a Dios y le aclaman pueden vivir con la certeza de que su luz los guía. Como dice 1 Juan 1:7: “Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
Hermanos, tomemos un momento para aclamar a Dios con gratitud. Recordando que la verdadera felicidad no está en las circunstancias, sino en caminar bajo la luz de su rostro.
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