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  • Foto del escritorAlexis Sazo

Bajo control



En el día que temo, yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre? (Salmos 56:3–4)


Es fácil perder el control de nuestras emociones cuando alguien que quiere herirnos parece llevar ventaja.


A Fred lo habían acusado falsamente de robar y estaba en peligro de perder su empleo. El hombre que quería hacerle daño era un enemigo muy astuto. Fred estaba enojado y frustrado. Enojado por las acusaciones falsas y frustrado porque no podía convencer a su jefe de que le creyera.


A veces Fred perdía el control de sus emociones. En una ocasión declaró vehemente que iba a matar a su enemigo. Otras veces hablaba de suicidio. Su estado de ánimo variaba de un desafío que ponía los pelos de punta, a una desolada rendición.


El escritor del salmo 56 también era objeto de un odio inmerecido. Sus astutos enemigos estaban amenzándolo de muerte, pero él no perdió el control. Por el contrario, habló con Dios abierta y honestamente. Repasó los hechos y luego pidió a Dios que lo rescatara ¡y lo hizo!


En Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre? Sobre mí, oh Dios, están tus votos; te tributaré alabanzas. Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven. (Salmos 56:11–13)


No es fácil soportar que nos odien sin razón y que nos ataquen maliciosamente. Sin embargo, podemos orar y confiar en Dios; al hacerlo, él responderá, o bien nos librará del enemigo, o nos dará las fuerzas para soportar el mal y amar a nuestros enemigos. Porque recordemos las palabras del Señor Jesús:


Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. (Mateo 5:43–45)


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