Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. (1 Juan 4:19)
Amarte, Jesús, conocerte,
Reposar sobre tu corazón;
Tenerte por Amigo, por Maestro,
Por Modelo y por Señor.
¡Sabemos que tu muerte borra
Nuestros pecados, poderoso Salvador!
Saboreamos en paz tu gracia,
¡Qué reposo, qué dulzor!
— — —
¡Oh, dicha indecible
De tenerte como Pastor!
Siempre tierno y seguro,
Nunca cambia tu corazón.
Tú que eres el Amor supremo
Descendiste hasta aquí.
Tú mismo buscas tus ovejas
En tus fuertes brazos las tomas.
— — —
Nos colmas de tus gracias
Nos conoces por nombre,
Nos conduces en tus huellas
Hacia la celestial mansión.
Cada día, con ternura,
Nos llenas de bendición.
¡Qué amor! Sin cesar deseas
Perdonarnos y guiarnos, Señor.
(Traducción literal del francés)
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