Actitud hacia los demás
- 18 dic 2024
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El que escarnece al pobre afrenta a su Hacedor; el que se alegra de la calamidad no quedará sin castigo. (Proverbios 17:5)
En este proverbio, encontramos una advertencia seria y clara: la manera en que tratamos a los demás refleja directamente nuestro respeto (o falta de respeto) hacia Dios, el creador de todos. Dios ha hecho a cada ser humano a su imagen (Génesis 1:27), sin importar su condición social, económica o circunstancias de vida.
Cuando alguien desprecia o se burla del pobre, está insultando a Dios, quien ama y se preocupa por los más necesitados. Porque la pobreza no es un motivo de burla, sino una oportunidad para mostrar la compasión y misericordia de Dios en acción. Por otro lado, alegrarse del sufrimiento o la calamidad de los demás revela un corazón endurecido y egoísta, que ignora por completo el carácter justo y misericordioso de nuestro Señor.
El Señor Jesús mismo nos enseñó a amar al prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:39), así como a cuidar a los pobres y necesitados. Hay un detalle, si afrentamos a un hermano pobre o nos burlamos de la calamidad de un hermano en la fe, en Mateo 25:40 dice: «De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis». Esto es algo no menor y que tenemos que tener mucho cuidado.
Mis hermanos, en lugar de juzgar, criticar o ignorar la situación de los más desvalidos, en especial entre nuestros hermanos, acerquémonos con compasión y disposición para ayudar, primeramente, en predicar, así como en una ayuda práctica. Porque si Dios, nuestro Hacedor, cuida de los pobres y afligidos, ¿no deberíamos nosotros hacer lo mismo?
Pidamos a Dios un corazón sensible y humilde, que refleje su amor y justicia en todas nuestras acciones y palabras. Recordemos que un día daremos cuentas de cómo tratamos a quienes Él puso en nuestro camino.
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